miércoles, 25 de abril de 2012


PALABRAS Y SONIDOS EN EL ÉTER: ESCRIBIR CON SONIDOS..

Resquicio: Abertura, ocasión para que ocurra.
Laudatorio: Con elogio, alabanza.
Exigua: Insuficiente, escaso.
Inaudito: Nunca oído, sorprendente. Insoportable.
Retórico: Lenguaje pomposo, argumentos insustanciales.
Urdimbre: Acción de maquinar algo.
Dormitan: Estar medio dormido o superficialmente dormido.

Cuando se habla de radio en su primera transmisión se puede decir que dependían de la escritura. Primero se transcribían lo que se tenía que decir, para evitar tropiezos  y evitar los ruidos con molestosos circunloquios, el tiempo era apremiante, como las noticias. Su función nunca dejó de ser educativa ya que el fin inicial era la transmisión de la II guerra mundial, de vital interés mundial. La radio se limitaba a leer  lo que los diarios publicaban, otra manifestación evidente de que la radio dependía de la escritura.
La radio tiene como fuente de inicio la escritura, actualmente el panorama ha cambiado y se sustenta con el sonido, que no es más que una realidad sensible.


1952 André Breton, apóstol del automatismo tanto psíquico como verbal, escritor, realizaba programas culturales como radiodramas, Hosspiel o piezas radiofónicas de manera automática al leer una texto.
Los locutores, era Hordas bienhablados, sometidos a topografía sonora de textos semánticos que obligaba una recitación fingida e ilustrativa, con efectos que eran empleados como técnicas de simulación.
Los espacios de hacer radio con razón  eran llamadas Estudios Gutemberg, que en vez de generar una obra armónica, rítmica, tenía un producto comparado a una danza macabra.
Con la Irrupción del sonido, en Mayo de 1968, se cambio la forma de pensar: “No queda tiempo para la escritura”, es así como dejan la estilografía hacia la realización de teatro  de la calle, es decir,  la radio no usa palabras refinadas, más bien son una ráfaga de ruidos que distan de ser elementos de decorados, Nos hemos ido al extremo, de lo  estrechamente culto y desabrido a lo extremadamente grosero para el gusto.
Existen los Actores Sonoros, escriben con la voz una historia, en el mismo instante en que se dan los hechos, pero se mezcla el relato con el barullo del ambiente, se da de forma entrecortada, y todo esto libre del texto.
La Palabra es aceptable en sentido figurado. Paúl Veléry: enfatiza que las obras se realizan libres de la escritura y se apoyan, ahora, en realidades sensibles. Para él, el mundo se estudia al aire libre.
El sonido se reencuentra con los objetos que le dan origen, posibilitando su recuerdo en nuestra mente. Tiene vida porque tiene una corporeidad; tiene carne, venas, grano, pigmentación, y deja huellas vibratorias en un espacio donde suena. Una manera metafórica de expresar el sonido al tratar de mencionara como dinámica, es comparable a una escultura móvil es decir, una materia artística que se adapta a todo, y está en todo momento de la producción radial.
Por otro lado, En una película realizada por Win Wenders , nos habla de manera metafórica  sobre la realidad de los medios de comunicación, siempre en constante búsqueda de lo parcial, de la objetividad, lo natural, la no selectividad, es decir, un medio de comunicación transparente, pero es evidente que esta hipótesis de trabajo tiene ingenuidad al creer que los medios de comunicación sean tranparentes. Lo que pasa es que la realidad nunca se va a ofrecer pura, las verdades no se dicen en su totalidad, porque nunca habría espacio para contarlo. La vida nos propone enunciados coherentes, concatenaciones lógicas, La radio como propósito tiene  una visión más prismática, ver más allá de lo que perciben los ojos, y eso no quiere decir que va a reflejar o imitar al mundo.
En la fase de grabación, comparada a una cosecha, todo parece desorganizado y el autor parece un despreocupado por la paciencia con la que se mueve. Sin embargo lo que el autor busca es llegar a algunos puntos  que intuitivamente sabía que llegaría allí,  los reconoce como objeto de su expectativa. Es decir, que sólo se va a seleccionar partes de la vida que serán debatidas y plantearse  posibles ideas,  posibles soluciones, etc.
Entonces la escucha debe ser un medio de conocimiento, un espacio acústico, extensible y lábil. Al escuchar, dilatas el sonido, lo expandes, lo alargas  a través de la imaginación. Y cada vez que cierras los ojos, el oído se agudiza, se crean distorsiones, se cambia el mundo, incluso no hay lógica con lo que imaginas,  hay fuentes ocultas. Se impone nuestra imaginación nómada, libre, que no se deja limitar bajo restricciones.
Estar en la escucha es hacerse partícipe con el mundo, nuestra percepción de agudiza por el oídio, ya que es el sentido preferido por la atención (Valéry). Escuchar supone interiorizar el sonido, respirar con él. Para Antonin Ataud: el pensamiento hace ruido, ya que el ruido va en paralelo con el sonido porque lo impregna, interfiere, neutraliza, al silencio lo vuelve resonante.
La escucha activa se caracteriza por ser más sensible en una disposición afectiva. Busca indicios, señales, lo inaudito, lo implícito, disgrega tejidos sonoros compactos. No importa lo complicado que esté, la escuchar activa siempre buscará y será diligente con los sonidos. Con la disposición de un micrófono esta se desarrolla con una sensibilidad y deseo.
La escritura dramática intervine en el desorden de la grabación que ya mencioné líneas arriba, propone el enriquecimiento , y nueva orquesta de materiales sonoros con motivos musicales, sonidos originales, ruidos ambientales, palabras improvisadas,, etc.
Para ello se presentan dos desafíos, el uno tiene que ver con el proceso, netamente descriptivo  con la captación de lo real. El segundo desafío tiene que ver con el trazado de nuevos recorridos mediante procesos sintácticos, y técnicas basadas en la ruptura y combinación a la vez. Ambas posibilitan el juicio, memoria y la conciencia heredados por el pasado que hace que encaje con el presente.
Al autor de obras radiofónicas comparado  con un marinero  que hace, confronta y dejar al libre albedrío la escritura original. Su función es la de interrogar e interpretar la realidad, para poder transmitirla. Entonces le toca alumbrar el significado y ofrecer nuevas perspectivas.



 El sonido debe ser lo más simple (es decir, entendido, interpretado correctamente) porque no sólo basta con una percepción empírica.
La existencia de sonidos naturales y artificiales hace posible una creación artística en la radio. Por lo tanto, el sonido es la materia prima de una realización radiofónica, es a través de ella la interpretación de la realidad de una manera más natural, que, como ya se dijo, no tiene porqué ser una imitación del mundo. Se puede expresar de miles formas, incluso podemos interpretarla de manera que jamás ha existido siquiera, una realidad inexistente. Dentro de toda producción radiofónica debe insistir en una recreación de sonidos tanto naturales como artificiales que nos permitan explorar nuevas maneras de ver el mundo, faciliten nuestra otra y eleven su poder interpretativo.


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