martes, 29 de marzo de 2011

LAS OTRAS RADIOS


Se dice que la razón por las que se ve un incremento de radios es por la tecnología que abarata los equipos de trasmisión, por la dificultad en la obtención de licencias que hace que se creen muchas radios piratas, como se las denomina comúnmente, y radios que se crean porque hay una necesidad de comunicarse. Las radios tienen su origen bajo éstas tres disposiciones, es decir, todas tienen esa necesidad de expresarse, de comunicar algo, para el logro de ello se aprovecha del abaratamiento de los equipos, que la hacen posible, pero al no poder tener acceso fácil a la licencia, se someten a la informalidad.
Lamentablemente en el Perú no contamos con un planeamiento de políticas a emplear en el sistema de comunicaciones, lo que lleva a cada vez más a la informalidad, que no necesariamente ha demostrado tener una connotación negativa, sino que al contrario, algunos medios radiales saben aprovecharla para reforzar la Identidad nacional, revalorizando nuestra cultura según las experiencias de un país, a pesar de la poca capacitación o enseñanza de que se dispone para este fin.
Por ello se es necesario la legalización, para hacer que las otras radios tengan las misma oportunidades de capacitación, cuyo objetivo no tendría que ser la de homogeneizar la programación, más bien de hacer una radio mejor aprovechando el respeto por la diversidad de sus usos, en especial, aquellos que están a disposición de l reforzamiento de la identidad con programas de música folklórica, y éste es sólo un ejemplo de los más diversas propuestas radiales que se dan, desde la informalidad

Así mismo, la legalización o tenencia de licencias hace posible un control del uso de los medios, que como se sabe muchos partidos políticos, alcaldes u otras autoridades públicas hacen uso para su propia conveniencia, empleando la manipulación fundada en mentiras, que perjudican la percepción de las personas creando un ambiente de servilismo de ideología, afectando la LIBERTAD y con ello el peligro de tener una falsa Democracia. Y es que no sólo un control a ése mal es lo que se conseguiría, sino también para un control de mensajes, es decir, que se cuide de no proferir palabras subidas de tono o comentarios que van en contra de la integridad de un ciudadano, como la difamación.

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