viernes, 16 de septiembre de 2011

FEMINICIDIO EN LA NOTA ROJA. Análisis discursivo con Perspectiva de género




FEMINICIDIO EN LA NOTA ROJA.  Análisis discursivo con Perspectiva de género


Por años la mujer no ha sido tomada en cuenta en los diversos asuntos de la humanidad, no se la menciona en los libros de la evolución, sino sólo para indicar que fue ella la que hizo pecar al hombre, talvés esa fue la matriz de todo su relego, lo que ha hecho que todos pensemos que ella no tiene noción de la razón, sólo está como compañía. Y si hablamos en términos periodísticos podemos dar en el blanco cuando nos percatamos que fue la biblia el primer escrito que mencionan a la mujer como segunda categoría y donde el hombre era el centro (No con el fin de cometer herejía sino de hacer un análisis sobre el origen del sexismo, y cabe aclarar los cambios que se hicieron en la biblia respecto a algunos reglamentos del antiguo testamento). A partir de allí se ha arraigado la creencia de que la mujer debe ser sumisa obediente con el hombre. A pesar de la liberación de ese pensamiento aún se conserva dichos y discurso que sin la intención de reprimir lo hacen, hasta las mujeres mismas con su propio género. En la actualidad la forma de manifestarse el machismo se da a través de la violencia física y verbal, esta última también en los medios de comunicación que pasaremos a describir cómo es que se da.
Es importante hacer un análisis reflexivo sobre el discurso cotidiano de los medios de comunicación y de las personas que reafirman y naturalizan la inequidad del género de manera inconsciente u consiente a través del sexismo y el machismo.
Éste es un ensayo divido en 3 partes, la primera es una conceptualización de palabras ligadas al tema como el feminicidio, antropocentrismo, etc. La segunda parte refiere al lenguaje sexista y la manera cómo se difunde a través de los medios de comunicación, y por último, la tercera parte nos muestra fragmentos periodísticos en que sigilosamente existen sexismo y machismo.


Diana Russel, en su manera de definir Feminicidio, sostiene que es el acto de asesinato a mujeres por parte de varones, éstos pueden tener alguna vinculación, como no, y que los medios difunden como NOTA ROJA, es decir, en la sección de actos delincuenciales. Éste tipo de crimen tiene su causa en el machismo, donde la mujer no tiene igual consideración en una sociedad patriarcal y se traduce como inequidad de género. Cuando habla de feminicidio, refiere a un acto que traspasa los asesinatos misóginos, es decir, asesinatos encausadas en el odio a la mujer sea ésta de cualquier edad. El feminicidio es aplicable a diferentes formas de asesinatos sexistas dónde el varón se cree con derechos sobre la mujer ya sea ésta por placer, deseo sádico o por suposición de propiedad.

Para Katrin Gothman sexo es la característica biológica que diferencia entre el hombre y la mujer, al menos no hay una inequidad a partir de ésta conceptualización, no hay sometimiento del uno sobre el otro ni hay indicios de que haya superioridad. GÉNERO hace referencia a las diferencias sociales del hombre y de la mujer aprendidas y que pueden cambiar En ninguno de los dos conceptos se induce a la superioridad del uno sobre el otro. Lo que ha pasado es una distorsión de la realidad a través de estereotipos y que Jhon B. Thomson denomina estrategia de naturalización. La naturalización es un estado de cosas producto de las creencias sociales o por causas históricas que pasan a ser tratados como sucesos naturales o resultados inevitables con características naturales.
Teresa Meana asegura que SEXISMO minimiza la acción de las mujeres. La construcción de géneros, desde el punto de vista sexista, al mezclarse con el naturalismo da como resultado una ACTITUD SEXISTA, una práctica discriminatoria que cree que todas las características psicológicas, formas de comportamiento y roles fijos deben ser de acuerdo al sexo de la persona. Ésta actitud restringe y condiciona el desarrollo pleno de la mujer.

La actitud sexista deriva del antropocentrismo. Para Eulalia Lledó, el ANTROPOCENTRISMO conlleva a tener una visión parcial del mundo. Según investigadores y estudiosos, el antropocentrismo es considerar la perspectiva masculina como si fuera el centro y la mujer debe tratar de imitar. Pero ambas, antropocentrismo y actitud sexista, coinciden en tener posiciones donde no existe la libertad, la igualdad y la justicia.
Lo que dejamos pasar desapercibido son el lenguaje sexista en los medios de comunicación. El lenguaje para Teresa Meam es el reflejo de la realidad, el lenguaje puede ser clasista y heterosexista como nuestra sociedad, porque está totalmente implicado en la construcción de género conformando un vínculo estrecho con éste.

Las FEMINISTAS FILOLÓGICAS han puesto en bandeja que el periodismo aplica un lenguaje sexista que no construye sexismo ni androcentrismo, pero que sí la reafirma y la naturaliza. El periodismo resulta discriminatorio y fortalecedor de valores equivocados donde la opinión femenina se ve limitada mientras su imagen se mercantiliza.
El lenguaje sexista, dentro del periodismo, en cuanto a feminicidios se refiere, tiene un carácter amarillista y excluyente, presentándola como NOTA ROJA, solo como actos delincuenciales, donde el cuerpo de la mujer se expresa de forma denigrante, con arduo detalle sin un análisis crítico. No podemos caer en determinismos al afirmar que es intencional porque no es así, simplemente es el resultado de una imperante visión androcentrista. Tampoco podemos afirmar que necesariamente produce efectos influyentes en todos, porque somos seres diferentes. Respecto a los efectos producidos por los textos de las notas, estos se agrupan en dos fenómenos: Primero se manifiestan expresiones de desprecio, odio y se considera a la mujer como dependiente, subalternas y de segunda categoría, después del varón. Y segundo la existencia femenina es silenciada, se oculta o simplemente se la excluye a través de expresiones genéricas, como por ejemplo: El masculino es plural para todos, términos marcados con desinencia masculina, el masculino en oficios, cargos, o títulos, etc.
Desde un ANÁLISIS SINTÁCTICO hay construcciones de imágenes asimétricas para ambos géneros, pero al mencionar la palabra en femenino tiene connotaciones negativas (perro_perra); o crean una mujer sujeta a estereotipos cuando construimos ideas falsas, generalizadas o le atribuimos características; también recreamos un protagonismo gramatical, donde establecemos jerarquía entre una mujer relegada y un hombre importante ; uso asimétrico de tratamientos en palabras (ama de casa_ amo de casa); Expresiones sensacionalistas a través de estímulos externos con fines económicos u comerciales. Y desde un ANÁLISIS DISCURSIVO, son aquellas noticias donde podremos encontrar detalles en cuanto crímenes contra las mujeres, que ya mencioné líneas arriba.
En conclusión el lenguaje sexista está tan arraigado como el pensamiento machista y andropocentrista, aunque haya un esfuerzo de ir en contra, se confunden estas liberaciones de la mujer con desnudismo consolidando la actitud sexista en los varones.

La actitud sexista podría cambiar si realizamos un cambio de mentalidad, cosa muy difícil en una sociedad que ha tenido ese patrón de conducta por siglos. La única forma de hacerlo es mediante los medios de comunicación al cambiar su lenguaje sexista por un lenguaje más equitativo. Pero éste trabajo empezaría por los comunicadores, cuando ellos sean conscientes de que están reforzando valores equivocados de manera inconsciente.
La mujer tiene la obligación de luchar por el respeto de su dignidad, más cuando ésta se mancille en un medio de comunicación. También debe ser consciente en qué momento su imagen se ve atropellada, muchas veces las mujeres lo dejan pasar porque no saben cuándo un acto o un dicho es ofensivo porque se ha naturalizado tanto que ya es lo común.

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