martes, 23 de agosto de 2011

TERCERA VERSIÓN: BLANCA NIEVES Y LOS SIETE ENANITOS

Era una mañana  esplendorosa cuando nació la pequeña blanca nieves. Por desgracia su madre falleció durante el parto.
El rey no tuvo otra alternativa que volver a casarse para que Blanca nieves tenga una madre. La niña fue creciendo, y cada día se fue poniendo más hermosa. La hermosura le hiso sentir que podía hacer de su voluntad lo que quisiera, esa actitud llegó hasta la obstinación por las frecuentes muestras de cariños y los constantes regalos que recibía.
Blanca nieves llegó a tener muchos pretendientes, los consejos de su madre los pasaba por alto, se burlaba de sus galanes, haciéndoles creer que correspondía sus cortejos. Los usaba y los dejaba. Era desobediente e inservicial, su madre sufría amargamente los desplantes de su hija.
Un día, aparentemente como cualquier otro, Blanca nieves sale del palacio en busca de flores, era su única actividad de la mañana, lo hacía con el fin de no ayudar. Por no querer que la encuentren  se desvía y logra entrar en el bosque, cuando quiso salir de allí no pudo, había olvidado el camino de regreso hasta que a lo lejos divisó una pequeña luz, corrió hacia ella, no tuvo miedo, al fin se encontró con una casa pequeña, entró y comió lo que encontraba, buscó entre las cosas, y finalmente durmió en las camas.
Al instante, entran a la pequeña casa  siete enanos que regresaban de sus faenas, al ver el desorden se molestaron y buscaron al intruso, la vieron dormir en sus camas a una chica muy bella. ¿Cómo una joven tan linda puede generar tanta destrucción al instante?_ dijeron ellos,_ Esperaremos a la mañana siguiente para conversar con ella.
Al día siguiente, cuando blanca nieves se emprendía a salir sigilosamente fue descubierta por uno de ellos quien despertando a los demás les impuso un castigo. Blanca nieves tuvo que convivir con ellos todo un mes, tendría que hacer los quehaceres y ayudarlos en las faenas.
Durante todo ese tiempo ella aprendió a valorar las pequeñas cosas, se transformó en una chica agradable tanto por fuera como en ser humano.
Un príncipe que pasaba por allí la vio, ella estaba tan sucia que no le importó, porque aún así seguía siendo bella. El joven se enamoró y ella correspondió sinceramente al afecto. Por fin se había enamorado por primera vez. Cumplido el mes y conociendo mejor al príncipe, tuvo que partir y despedirse de sus amigos con quienes se había convertido en mejor persona. Fueron al palacio y el joven pidió su mano. El rey y la Reyna asombrados por el regreso y el cambio de blanca nieves aceptaron gustosos. Ella se casó y fue muy feliz.

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