lunes, 22 de agosto de 2011

TERCERA VERSIÓN DEL PATITO FEO

Había una vez  una  pata,  la más engreída del corral, se jactaba de empollar los patitos más lindos del corral y del vecindario. Eso la hacían una pata petulante, maltrataba a las otras, sobre todo a las más viejas. La dueña, una señora gorda y bonachona, quiso aplicarle una buena  lección  a la engreída; se consiguió  un huevo de  cisne,estaba a punto de empollar al igual que los huevos de la petulante pata.
    Todos los animales de la granja estaban deseosos  de  ver a  los hermosos  patitos   que   nacerían.   Cuando todos los cascarones terminaron por abrirse  la mamá  pata abrigó a todas sus crías, pero al darse cuenta   que  entre ellos había  un “patito”   feo, gordo y con el cuello más  largo que el de todos,no quiso ni dirigirle la mirada, se sentía avergonzada de haber traído al mundo  a un animal tan desastroso.   Las demás patas le increpaban su soberbia  y le decían que se merecía    lo que le estaba pasando. El patio feo  fue creciendo con el desprecio y la indiferencia  de su madre y de sus  hermanos .La señora,  quien había planificado todo, decidió   regresar al patito  a su verdadera familia. Pero cuando así lo hizo, la mamá cisne no reconoció  a su pequeñuelo,   lo veía con recelo. Notaba que físicamente    era un cisne  pero no se comportaba como tal. El pequeño cisne patito también  se  sentía incomodo en su nueva familia. Por otro lado  en la granja de la señora, todos los animales, menos la pata engreída y su hijos, extrañaban  al “patito feo”. Extrañaban su particular figura y aspecto de ser un patito. Pasado una semana el patio feo pudo aprender a ser un cisne de verdad .La inflada pata aprendió la lección  y no supo mas de  aquella cría que le había enseñado  a ser humilde.

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